lunes, 19 de julio de 2010

Oh! very young...

Nuevas Fotografias

Studio Eizer, Bsas Junio 2010

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Desnudo

Desnudo blanco y negro
Desnudo blanco y negro
Desnudo blanco y negro
Desnudo blanco y negro
He's a Rockstar
Urbano

Copa "Coque de Agua"



lunes, 8 de marzo de 2010

Sesion "El no Invitado"










Sesion "El no invitado", realizada en Ecuador, a mediados de Enero 2010.

f
otografia: Daniela Maldonado Auad

Modelo e idea creativa: Manuko Morales

sábado, 14 de noviembre de 2009

Little Girl Blue by: Janis Joplin



"Little Girl Blue"
my song of the day
Sit there, hmm, count your fingers.
What else, what else is there to do ?
Oh and I know how you feel,
I know you feel that you’re through.
Oh wah wah ah sit there, hmm, count,
Ah, count your little fingers,
My unhappy oh little girl, little girl blue, yeah.

Oh sit there, oh count those raindrops
Oh, feel ’em falling down, oh honey all around you.
Honey don’t you know it’s time,
I feel it’s time,
Somebody told you ‘cause you got to know
That all you ever gonna have to count on
Or gonna wanna lean on
It’s gonna feel just like those raindrops do
When they’re falling down, honey, all around you.
Oh, I know you’re unhappy.

Oh sit there, ah go on, go on
And count your fingers.
I don’t know what else, what else
Honey have you got to do.
And I know how you feel,
And I know you ain’t got no reason to go on
And I know you feel that you must be through.
Oh honey, go on and sit right back down,
I want you to count, oh count your fingers,
Ah my unhappy, my unlucky
And my little, oh, girl blue.
I know you’re unhappy,
Ooh ah, honey I know,
Baby I know just how you feel.

lunes, 9 de noviembre de 2009

NO LOGO "el poder de las marcas"


Por lo general, los informes sobre la red mundial de logos y de productos se presentan envueltos en la retórica triunfal del marketing de la aldea global... Es en la aldea donde algunas multinacionales, lejos de nivelar el juego global con empleos y tecnología para todo el mundo, están carcomiendo a los países más pobres y atrasados del mundo para acumular beneficios inimaginables. Es la aldea donde vive Bill Gates y amasa una fortuna de 55.000 millones de dólares mientras la tercera parte de sus empleados están clasificados como temporales, y donde la competencia queda incorporada al monolito de Microsoft o se hunde en la obsolescencia por obra de la última hazaña de creación de software.

Es la aldea donde estamos mutuamente conectados por una red de marcas, pero el revés de cuya trama consiste en arrabales como los que vi en Yakarta. IBM sostiene que su tecnología está presente en todo el mundo, y es verdad; pero con frecuencia esa presencia significa que los obreros mal pagados del Tercer Mundo fabrican los microcircuitos de ordenador y las baterías que mueven nuestros aparatos. En las afueras de Manila, por ejemplo, conocí a una muchacha de 17 años que ensambla unidades de CD Rom de IBM. Le dije cuánto me sorprendía que alguien tan joven pudiera realizar ese trabajo de alta tecnología. “Nosotros hacemos los ordenadores”, me dijo, “pero no sabemos manejarlos”...

Lo nuevo, sin embargo, es el interés por investigar los lugares de origen de los artículos de marca, que son lugares donde las marcas no existen. Así se ha descubierto que el origen de las zapatillas Nike son los infames talleres de Vietnam; el de las ropitas de la muñeca Barbie, el trabajo de los niños de Sumatra; el de los cafés capuchinos de Starbuck, en los cafetales ardientes de Guatemala, y el del petróleo de Shell, en las miserables aldeas del delta del Níger.

La periodista canadiense Naomi Klein ha conseguido un importante éxito internacional con "No Logo. El poder de las marcas", un libro al que ha dedicado cuatro años de trabajo y que está de plena actualidad por las protestas populares que se han producido en los últimos meses contra el modelo de globalización impuesto por las grandes multinacionales. De hecho, la obra, publicada originalmente poco después de las manifestaciones de Seattle contra la World Trade Organization, a finales de 1999, se ha convertido en un punto de referencia para este movimiento. Así lo confirma la web www.nologo.org, originalmente creada por la editorial americana del libro para apoyar su lanzamiento y actualmente reconvertida por la autora en un foro internacional de ideas e información sobre este nuevo activismo.

Aunque su título parezca sugerirlo, "No Logo" no postula la abolición de las marcas, del consumo o de la globalización. La obra intenta explicar el origen de la protesta de la que también hemos visto brotes en Washington, Praga y Londres, siempre acompañando reuniones de la cúpula económica mundial. El diagnóstico es que se trata de un movimiento que sólo acaba de empezar y que se enfrenta a la cultura, en el sentido más amplio del término, que las grandes marcas han construido en la última década.

Estas grandes marcas no son tratadas por la autora como agentes aislados, sino como un producto básico y emblemático del sistema económico que se ha dedicado a destruir todas las barreras contra la inversión especulativa y ha favorecido el abuso en el comercio entre los países desarrollados y los no desarrollados.

Si las multinacionales, nos dice Naomi Klein, tienen acuerdos con dictadores, subastan las industrias al mejor postor, están pendientes sólo de encontrar el lugar más rentable y miran hacia otro lado para no ver la explotación que alimentan es porque las normas internacionales lo permiten. En realidad, ellas representan la idea más perfeccionada del capitalismo salvaje que permiten las nuevas tecnologías y una globalización puesta al servicio del mercado y no de la sociedad. "No Logo" incluye abundantes datos y testimonios directos sobre las zonas de procesamiento de exportaciones (ZPE), donde en un marco de miseria y pseudoesclavismo los operarios del Tercer Mundo fabrican a bajo coste productos para las grandes marcas. Muchos casos ya han sido denunciados por los medios de comunicación, pero siguen estando ahí. Se calcula que en todo el mundo hay 850 enclaves de este tipo, repartidos en más de 70 países y con una volumen total de mano de obra que ronda los 27 millones de personas. La descripción de primera mano que Naomi Klein hace de la vida en los enclaves de Cavite (Filipinas) o Yakarta (Indonesia) es ilustrativa.

Son lugares con salarios de miseria, condiciones de trabajo aberrantes, explotación de menores, represión constante de las reivindicaciones laborales y alta tolerancia fiscal para los fabricantes. Las cuentas globales en horas y dinero son claras y rotundas. Los salarios de los 50.000 niños y adultos que trabajan para Nike en Cavite tardarían diecinueve años en sumar la cifra que esta firma dedica en un solo año a publicidad. Hay productos que en origen se pagan a dos dólares y que en las tiendas de Nueva York se venden a 120 dólares.


Fábricas en el aire
Si la Ciudad Nike y otras supertiendas constituyen los brillantes portales de los mundos soñados de las marcas, la Zona de Procesamiento de Exportaciones de Cavite en Rosario, al sur de Manila, es la trastienda del boom de las marcas...

Tras las puertas, los obreros montan los productos terminados de nuestro mundo de marca: zapatillas deportivas Nike, pijamas de The Gap, pantallas de ordenadores IBM, vaqueros de Old Navy. Pero a pesar de la presencia de multinacionales tan ilustres, Cavite, al igual que la creciente cantidad de zonas de procesamiento de exportaciones que hay en todo el mundo en vías de desarrollo, puede muy bien ser uno de los pocos sitios del mundo donde las supermarcas apenas se ven...

Aunque las zonas de procesamiento de exportaciones (ZPE) tienen mucho en común con esos paraísos impositivos, pertenecen a una especie diferente. No siendo tanto un lugar de almacenaje cuanto un territorio soberano, las ZPE no son espacios por donde transitan los artículos sino donde se fabrican, y donde además no se pagan gravámenes de importación y exportación, y a menudo tampoco por los ingresos ni la propiedad. ..

Desde entonces, la industria de las zonas de libre comercio se ha multiplicado. Hay 52 zonas económicas sólo en Filipinas, que emplean a 459 mil personas en un lugar donde en 1986 sólo se contabilizaban 23 mil trabajadores, y hasta 1994, 229 mil...

En las zonas reina el miedo. Los gobiernos temen perder sus fábricas extranjeras, las fábricas temen perder sus marcas clientes, y los obreros sus inseguros trabajos...

El éxito de "No Logo" se explica por su interés y por ser un libro oportuno sobre un tema actual: la toma de conciencia de los consumidores. Dirigido al corazón y a la cabeza, nos recuerda que también como consumidores tenemos que perder la inocencia.


miércoles, 21 de octubre de 2009